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jueves, 8 de mayo de 2008

Bellas Artes está vedado para los actores: López Tarso

DISTRITO FEDERAL, México, 26/07/07.“El teatro de Bellas Artes está vedado para los actores, es el teatro en el que inicié y ahora sólo es para la Orquesta Sinfónica y para espectáculos de danza”. Expresó su inconformidad por el uso que tiene actualmente este recinto Ignacio López Tarso el día de ayer, durante Conociendo a Ignacio López Tarso, una entrevista realizada por la actriz Silvia Pinal en el Centro Cultural del Bosque.
“Antes de ser actor, me fui a cortar naranjas a California, en los Estados Unidos. Fue cuando era joven. Tiempo después regresé a México con el cuerpo enyesado, porque se me rompió la espina dorsal. Un año completo estuve en cama. En las noches me amarraban para que no me moviera. Esa fue la época cuando empecé a leer obras de teatro.”Relató el actor mexicano Ignacio López Tarso.
López Tarso de 82 años de edad, al conversar con Silvia Pinal, el día de ayer (25 de junio) y ser presenciado este dialogo, por el público que deseó asistir, aseguró: “El teatro con pocos recursos se puede lograr, pero a mí el buen teatro me gusta, que sea con utilería, cascos, penachos, espadas, vestuario con telas elegantes y sobre todo con un gran reparto.
A su consideración de este actor con una trayectoria de más de cincuenta años aconsejó a los interesados en artes escénicas: “sino tienes autoridad en un escenario no tienes trascendencia en lo que dices. El estar pisando con comodidad y autoridad un escenario, el público te cree.”
La dinámica de la entrevista consistió en que Silvia Pinal le leí a López tarso, un par de encabezados de diarios publicados en 1980 hasta los ejemplares de hoy en día.
La actriz mencionaba declaraciones hechas por López Tarso y el actor precisaba el por qué. Mientras que enfrente de ellos, 500 personas sentadas en las butacas entre público y reporteros de los Medios de Información que asistieron este miércoles 25 para ver a Ignacio López Tarso, en el Teatro de la Danza, pudieron acceder gratuitamente al recinto ubicado a espaldas del Auditorio Nacional.
Silvia Pinal y López Tarso estuvieron sentados en un sillón de piel de color negro para cada uno, por más de una hora, para relatar por ejemplo que su nombre original es López López y no Tarso, “ya que Salvador Novo me pidió cambiarlo, porque no sonaba bien. Entonces decidí el de Tarso, en honor a un jinete romano llamado Sauro de Tarso”.
Ignacio López Tarso quien inició su carrera en la Escuela de Arte Teatral del INBA, a los 24 años y recibiera en el año 2006 la medalla Mi Vida en el Teatro, concedida a la primera generación de egresados de la Escuela Teatral de Bellas Artes.
Sin estar desligado a las problemáticas del teatro en México, también consideró que el teatro clásico no es interesante para los directores privados, no sólo en México, también sucede en Gran Bretaña. “Sólo que allá quien se encarga de montarlo es el propio Estado. Así tiene que ser. El Estado debe hacerlo y dar recursos. Las instituciones donde se puede montar este tipo de teatro es en la UNAM y en el INBA”.
Al iniciarse en la escuela de Teatro de Bellas Artes descubrió López Tarso: “el actor que no goza con el halago, no es actor, por eso si no se es vanidoso mejor ni meterse a la actuación.”
López Tarso quien ha dedicados su vida a la labor escénica con más de 150 piezas teatrales y participó en 50 películas, una de ella Macario(1959), bajo la dirección de Roberto Gavaldón, la consideró “la mejor en haber hecho”.
Otros títulos de películas que destacan por su actuación fueron: Los albañiles (1976), El gallo de oro (1964), El hombre de papel (1963), Cri Cri el grillito cantor (1963), El hombre de papel (1963), Nazarín (1958) y La sombra del caudillo (1960), esta última prohibida su exhibición por varios años, por hablar de la época del Maximato en México.
Actualmente considera no haber hecho cine, “porque en el Nuevo Cine Mexicano la paga no es tan buena, pero quizá en septiembre aparezca en una película después de 12 años”.
Y concluyó su entrevista con Silvia Pinal al mencionar lo siguiente: “Los actores se hacen con base en los grandes personajes, mientras el aplauso y los reconocimientos son el alimento del alma.”

Digitalizadas 81 miradas para Internet

Las juntaron como llegaron, de una por una. Ya era irremediable dejarlas de capturar. Sólo faltaba algo, presentarlas formalmente. Ser evidenciadas aquellas 81 miradas, distintas desde este jueves cinco de julio.
Ahora podrán ser examinadas a detalle, por maestros, médicos, pintores, amas de casa; es decir, un extenso público interesado en conocer la colección Julio Michaud, que ha sido digitalizada.
La colección Julio Michaud, es el primer integrante que cuenta la “Fototeca Digital: Fotógrafos y Editores Franceses en México” al crearse de forma conjunta por el Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM y el Instituto José María Luis Mora.
En la ciudad de Pachuca se creó desde hace 50 años el Sistema Nacional de Fototecas, integrado con un archivo de 750 mil imágenes obtenidas en los distintos estados del territorio mexicano.
En cambio, la Fototeca Digital está especializada en imágenes reunidas a partir del año 1850 hasta 1870 y recopila 81 albúminas(fotografías), además de contener la ficha precisa con: año, título y datos del autor.
Al accederse desde cualquier computadora a la página WEB: 132.248.234.160:3000/web/ui , se podrán observar “Elementos de la industrialización”, “La ciudad de Puebla”, “Catedral de México”, por citarse sólo algunas fotos, --precisó Pedro Ángeles, con un tono de voz que parecía ser consternado, al no saber si sus palabras fueron eructadas o pisoteadas por la bota de su lengua, en el Instituto de Investigaciones Estéticas, al ser uno de sus investigadores y encargado de presentar el acervo en línea.
Así, Fueron seducidas una centena de orejas, sin que unas a otras oyeran el aire tibio, que originó la glotonería de palabras, en un espacio nutrido por el rostro de las personas al ser resguardadas por los flash de cámaras, con el fin de transportar eternamente, el aquél entonces.

200 años de poesía

El perfil de sus pasos han llegado este miércoles al restaurante Bistrot. Los minutos se retuercen en la noche. El reloj anuncia las ocho. Momento en el que mandíbulas, lenguas y paladares degustan desde un café americano hasta un salmón en salsa de berros, que cuesta 85 pesos, y es acompañado por unas suculentas Lecturas de 200 años de poesía, que realizan tres fervientes cuerpos pertenecientes a Roberto López Moreno, Enrique González Rojo y Max Rojas, juntos alcanzan una edad cercana al número doscientos, por eso el nombre a estas lecturas en voz alta, realizadas por estos militantes de los versos y las metáforas.
Quienes han llegado a la Colonia Roma Norte, situados en Bistrot, podrán ver enfrente a los Bisquets Obregón, ubicados en la avenida que lleva el nombre de éste general y ex presidente mexicano de los años veinte, del siglo pasado.
Los transeúntes, con los pies firmes y sin extraviarse, se dirigen a las escaleras de madera que conducen al segundo piso del Bristo, restaurante propiedad de Alan Kamui, quien además es chef del establecimiento. Las mesas en el segundo nivel se encuentran revueltas como si fuera el momento de la “sopa de las fichas de domino”.
El ambiente tiene sombras, reflejos de los focos que producen gran iluminación en la habitación, miradas atentas a unos espejos cortados a un tamaño proporcional al de una copa para vino tinto.
Los espejos colocados en una puerta pintada de color blanco, son mirados detenidamente por las imágenes, la luz y los reflejos hallados.
Sienten la necesidad de atravesar a la habitación que se proyecta. Ahí, donde los vocablos castellanos describen objetos, resquebrajan mentes, adelgazan ojos, quizá empañan corazones. Seguramente incita a los pensamientos, por obra de tres labios que acorralan y degollan al tiempo de la lluvia nocturna, o por lo menos unidos para que transcurra lentamente y satisfactoriamente la noche, al permitirse que respiren calmadamente los hombres y mujeres, público, clientes, cada uno poseedor de la edad que ejercen.
En cuanto a la geometría de los rostros reunidos entorno a los tres poetas, disponen de miradas sinfónicas, al percatarse de versos empuñados al interior de sus cerebros, como si fuesen sepultados por sentimientos de nostalgia y alegría, al saber que el próximo miércoles podrán volver a oír a los tres cuerpos que vuelven, aunque no sea para tocar las mismas formas, colores y miradas, pero eso sí, con deseos de nuevas metáforas audaces.