Sólo duermo en las ausencias de media noche en docenas de relojes.
Porque sé, sin las manos estoy sin ti.
Lo que no sé es si callas
a las once doce
cuando pienso en aullar,
a querer que siento,
a que mis rodillas tiemblan
y donde no queda más que desaparecer
en tus manos
ajenas y distraidas
que no son más que tiempo.
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1 comentario:
Desde esta noche que ha hecho el enorme favor de compartirme su blog, prometo ser asidua seguidora a sus letras. Curiosamente, yo también, poseo un blog, el cual, como muchas cosas en mi vida, sólo recoge cosas de otros, no por eso, menos valiosas o menos significativas, siendo yo misma quien pone en ellas una parte de sí; sin embargo, como otra cosa que también poseo, tiene esperanza, esperanza de concluir muchas cosas en esta vida, como notas, textos y cosas que espero, algún día, sean dignas de ser leídas por usted. Le agradezco la confianza, sabe que lo aprecio.
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