Entradas populares

viernes, 20 de junio de 2008

Para romper el hielo



Ningún momento se contempla dos veces, más que alguien tome una placa, mejor dicho, se de a la tarea de disparar con su digital, y plasme el pedazo de la realidad que desea.
De no ser así, se puede evocar a las imágenes, los sonidos, los gestos, los colores y las emociones que envuelven a una persona a través de la escritura.
Con tal de dejar registro del color y el claro oscuro de la siguiente entrevista realizada al fotógrafo mexicano Lázaro Blanco, al Inaugurarse la exposición “A propósito del ambiente de Lázaro Blanco”.

El aguante

El ser humano se nutre de su entorno, de las artes, de la música. Hay quienes no se encasillan en un género, pero saben que les gusta “la música, música, es decir la que es más compleja como la creada por Gustav Mahler”, contestaría el fotógrafo Lázaro Blanco, quien la disciplina de averiguar lo que pasa a su alrededor.
Un rasgo de Lázaro Blanco, es la constancia, pues de forma ininterrumpida, se ha despertado todos los sábados a las 4:30 de la mañana, con la finalidad de prepararse, para conseguir llegar a las siete de la mañana a la Casa del Lago, en el Bosque de Chapultepec.
No para respirar un aire fresco, sino para impartir su taller de fotografía, que lleva 40 años y asisten personas que cursan la secundaria hasta jóvenes adultos, de universidades.
Las pláticas, los rostros de hombres y mujeres, no le han faltado en estas cuatro décadas a Lázaro Blanco, pero ¿Qué le deja convivir con tantos jóvenes?

“Cuando trabajé de maestro en el Colegio Americano, en el cual duré 20 años, escuché decirle un compañero maestro a otro: Tú quieres estar en contacto con los jóvenes para no dejar de sentirte joven. Me impresionó mucho esa reflexión, y me hice la pregunta ¿eso ocurre conmigo?”.
Como profesor de fotografía, Lázaro Blanco dice haber entendido que la gente reacciona mediante los estímulos, y uno no puede imponerles nada, “se les puede decir cosas que les abra la curiosidad, pero solamente”.
Algunas gentes que asistieron a sus, han sido Fabricio León, quien es Premio Nacional de Periodismo y Antonio Turok, “por mencionar sólo algunos que ahora son muy reconocidos”.







¡Muy tonta!

Originario de Ciudad Juárez, Chihuahua, Lázaro Blanco conoció Los Estados Unidos, a los 16 años de edad, porque “mis padres me inscribieron en una escuela para que aprendiera inglés. Lo cual no me ilusionaba, pero todos mis paisanos anhelaban desde la cuna, estar del otro lado, y vivir el Sueño Americano.
Sus primeros acercamientos con el mundo de la fotografía fueron cuando estudiaba en la Facultad de Ciencias de la UNAM.
“En la escuela usábamos a la fotografía para investigar, registrar los datos de un experimento que uno iba sacando, pero hasta los 27 años de edad fue cuando me interesó de otro modo, y ni tenía cámara fotográfica en ese momento.
Cuando estaba aprendiendo fotografía decidió irse a Nueva York, y obtuvo “muchos conocimientos, y relaciones con grandes personas”, “pero realmente, vivir en Estados Unidos no me gusta”. Afirmaría sin despreciar a la nación norte americana.

E.: En todo su acervo de vivencias han poseído sus manos varias cámaras ¿Cuál fue la primera que tuvo, o hay alguna que sea su preferida?

L.B.: ¡Hay no!, esa es una pregunta…con el debido respeto, ¡muy tonta! --con una carcajada mostraría su dentadura y disgusto, pero finalizaría--: Uno usa lo que necesita, y es lo que puedo decir.


E.: ¿Existe algún momento clave en su vida que le haya tocado plasmar a través de su cámara?

L.B.: Es muy común decir que todos los momentos son inolvidables, pero para mí todas las experiencias han sido inolvidables, vea esa, --señalaría una de las imágenes de su exposición recién inaugurada en la sala uno de Biblioteca de México José Vasconcelos. La foto destaca de las demás, por ser en blanco y negro, se muestra un árbol situado a un costado de una carretera, en donde un cerdo ha sido colgado del cuello.

--Es una atrocidad, es muy impactante emocionalmente ver esa imagen. Pero, en si, no puedo decir; he vivido una experiencia maravillosa. Todo en la vida es inolvidable, sólo que uno las va calificando.


E.: ¿Hay algo que no se pueda registrar con una cámara?

L.B.: No lo sé, pero ¿qué se necesita para crear una imagen?, --un breve silencio realiza Lázaro Luna mientras espera que se le conteste su pregunta, al no oír una respuesta, diría--: ¡La Luz, si no hay ese elemento, no se obtiene nada!

E.: Cada fotografía que nace posee ciertos elementos, por lo tanto los fotógrafos mexicanos se distinguen de los extranjeros por fijarse en ciertas características en sus imágenes?

L. B.: Nunca hago esa clase de comparaciones. Lo importante es lo que hacen…La imagen que dejan. Por ejemplo, el fotógrafo norteamericano Edward Weston, no pienso en él, sino en sus imágenes, como: “El pimiento”, “El excusado” y “El tenedor”, obras tan criticadas, pero a mi me gustan, porque veo las imágenes.


Hay bueno, hay no sé

Su exposición recién inaugurada muestra insectos, paisajes, animales, la degradación del ambiente en distintos estados de la República Mexicana, evidentemente se ve una denuncia ¿Qué diferencia hay entre el oficio de un fotógrafo y un fotoreportero?

¡Hay bueno, es mínima!, -- contestaría con un tono de inconformidad, y sus brazos que estaban semienredados a su pecho, se flexionarían como queriendo manotear a la pregunta--, --es término básico. Uno documenta y el otro crea, en ocasiones,--recalcando con su voz áspera, el “en ocasiones”.


E.: se lo pregunto porque ¿pareciera que muchos fotógrafos mexicanos evocan temas nacionalistas en sus composiciones, muestran a indígenas en sus comunidades, en la miseria y con los pies descalzos?

L. B.: Es común y corriente, no salen de eso. Es una verdadera ofensa hacía esas personas, porque los transforman en objetos de decoración. Me parece una salvajada. Se les deja de ver como personas y pasan a convertirse en objetos llenos de florecitas y atuendos.

E.:¿Se requiere retratar el espíritu con la foto?, ¿la esencia del ser?

L. B.: ¡Hay¡, ¿para qué me pregunta esas cosas?, --súbitamente su irritación se incrementó--, pero decidió cortar de tajo con…”Yo nada más lo que veo”.


¡Mire Mis imágenes!

El fotógrafo Lázaro Blanco, de pie, afuera de la sala de exposiciones uno de la Biblioteca de México, rodeado por sus alumnos, no podía ocultar un evidente y marcado reaccionar de desagrado, por estas preguntas, e intentó mantener la paciencia, pero al oír:
¿Qué significa la fotografía para Lázaro Blanco? Optó por decir escuetamente, --¡Ahí está muy claro!, ¡mire mis imágenes!

E.: ¿Después de la exposición inaugurada en la Biblioteca México, cuáles son sus planes a mediano o largo plazo?

L.B: ¡Hay no sé!, --contestaría con una voz que se le percibía un disgusto a la décima potencia, como si estuviera apunto de apretar el obturador de su paciencia, pero antes de que su rostro fuera invadido por el enojo, decidió instalar un semblante de risa y tranquilidad, para responder lo siguiente: “en primer lugar ésta exposición, no estaba contemplada, se realizó por la insistencia y apoyo de mis alumnos”.


Poco, a poco, parecía encapsular su lengua, para responder ya nada. Si sucedía eso, había que aprovecharse los segundos y las palabras, antes de que ocurriera ese escenario.

E.: ¿Cómo podría definir mediante palabras, lo que ha sido la fotografía en su vida?

L. B: No puedo decir nada. Hay muchos que les gusta hacer sus declaraciones. Eso me fastidia, me choca, discúlpeme.

E.: Maestro, está en su derecho de no responder, pero al mencionar “hay quienes hacen declaraciones”, me remite a las personas que aseguran que la fotografía sólo se podrá hacer digitalmente, y las analógicas serán para los museos y los coleccionistas.

L. B.: Sí, hay quien opina así, pero no se dan cuenta que viven en una doble crisis tecnológica, la digitalización vino a desbancar a la plata, porque es más rápida, implica menos esfuerzo, pero tiene un contra, la gente no imprime sus fotos, las deja en la computadora y se está colapsando por sí misma.
Quiero dejar algo en claro, y no debe olvidarse, los fotógrafos no mantenemos viva a la industria, sino la gente, el público, y sino imprime, se viene para abajo.


Lázaro usa el ¡Colooooor!

La voz que humeaba señales de un eminente hermetismo, y rechazo de las preguntas que se le hacían en la entrevista, pudo aclarar un detalle de su reciente exposición, “nunca había presentado fotos ha color, es la primer vez que lo hago, porque es muy defectuoso el método de digitalizar las imágenes, y cuesta mucho dinero”.

E.: ¿Considera que las instituciones de cultura en México no promueven el gusto por la fotografía, o qué no valoran el trabajo de los profesionales de este oficio?

L. B.: Lo que dice, no es una buena pregunta, porque el valor se lo da cada quien. Si el fotógrafo es bueno, no requiere apoyos, se va al mundo y en todos lados lo aceptan.


E.:Para concluir maestro, ¿cuál es su color favorito?

L. B.: El azul

Sorpendido, como si oyera al viento maullar preguntaría Lázaro Blanco, -- y ¿para qué esa pregunta?

E.: Para romper el hielo…

1 comentario:

PAOLA TORRESS dijo...

WOW!!! QUE BUENA ENTREVISTA..ME ENCANTO me sumergi en ella, como si estuviera de nuevo ante el..muchas carcajadas solte jejeje..que buena onda..yo tome talleres con el y aprendi mucho de el ..SUS CLASES ERAN GENIALES...felicidades por la entrevista..
PAOLA TORRES