Entradas populares

viernes, 26 de septiembre de 2008

LOS NIÑOS DE TEPITO REFINARAN EL ARTE

Entre relojeros, peleteros, centros de refacciones para motores, y vecindades quebrándose junto a figuras de la Santa Muerte, los habitantes de la Colonia Morelos, ubicados a las orillas de Tepito, allá por la altura de la Glorieta de Cuitláhuac, cuentan con la Galería de Arte José María Velasco cuya existencia data desde 1951.
Su director del recinto, es Alfredo Matus, quien a sus 40 años de edad, con la profesión de sociólogo, ha decidido que cada tres meses los jóvenes pinten la fachada con graffiti y murales para darle colorido al edificio ubicado en Peralvillo 55.

¿Alfredo Matus qué te encabrona de Tepito?

--Las contradicciones, como el estereotipo de ser habitantes muy solidarios. Al internarte y relacionarte con la gente del barrio, uno encuentra división y fractura.
Me refiero a las oportunidades de destacar. Al ser escasas y a cuenta gotas, lejos que se solidaricen con aquellos perfilados al éxito, y sabiendo quienes son, no se ayudan.
Un caso es Tepito Arte acá, un grupo artístico, formado con habitantes de la comunidad, pintores, escritores, cronistas, pero al enterarse los no involucrados en el proyecto, que contaban con atención del Gobierno Federal, se generó resquemor.
Sin embargo, la envidia fue benéfica, porque se generaron otros grupos de difusión artística en Tepito, hasta consolidarse como propuestas culturales dentro del barrio, prueba de ello es el Centro de Estudios Tepiteños, pero en conjunto no pueden trabajar.

¿Qué aportes brinda una Galería de arte en las comunidades de Tepito?

--La labor de la Galería José María Velasco es entender el entorno de sus habitantes. Sería un error modificar y alterar la realidad de Tepito, y algo destacable es lidiar constantemente con el reproche de ¿por qué a un grafitero lo apoyas con difusión y a otro, se le excluye?







Tienes 40 años de edad, ¿has sentido momentos de falta de legitimación en tu gestión por parte de los habitantes?

--Con mi gestión hay quienes piensan, ¡ah! es el típico funcionario que sólo viene a usarnos como especimenes, monta actividades, se toma foto de haber cumplido, pasan un par de años y se va.
La legitimación la da el trabajo, por eso colaboro con personas que han vivido en Tepito, por ejemplo: Luz Maria Cadena imparte en las instalaciones de la Galería, un taller de teatro para niños, Alfonso Hernández da charlas, acerca de las tradiciones en Tepito, Daniel Manríquez, con él intentamos la iniciación para crear murales.


Para Alfredo Matus el arte es excluyente, pareciera que no acepta lo local. “Es desagradable, por eso la galería trabaja con Arte pop, Contemporáneo y Urbano, para evocarse de lleno al barrio”.


Ya son casi 60 años de la Galería en Tepito ¿Los ancianos es un sector que también colabora o pintan su raya?

--Es mínima su participación, sólo algunos presentan proyectos, la mayoría de los adultos no asiste a la Galería, quizá por atavismos del pasado, consideran que deben vestirse y comportarse de cierta manera.
Si llegan a poner un pie dentro, es porque acompañan a los niños. Y ese, es el público clave, porque pueden atraer a sus padres, primos, abuelos. La intención es trabajar con niños, porque de hacerlo, a la larga el resto de las generaciones en Tepito les interesará el arte.


Al recorrer las calles para encontrar la Galería José María Velasco, la vista pareciera encontrarse en un ghetto, donde la gente que transita tiene su propia habla, “aquí es de tocho morocho”.
Aunque en algunas zonas los propios tepiteños tienen prohibido el paso, como darse “un rol a la Fortaleza, una zona residencial. Los Palomares, “ahí, atrás de la Iglesia de San Francisco, si te metes y no eres acompañado por alguien que viva en el barrio es probable que sufras un atraco”.


¿Tepito es el barrio bravo?

--No, bravo no, ¡es luchón! porque todos trabajan. Sea dentro o fuera de la legalidad. Aunque también hay quienes son agresivos en su carácter, no conviven con quien sea, y tiene que ser así producto de su historia de vida

El mosaico de identidad entre los habitantes del Distrito Federal es inmenso, el único reconocido a nivel mundial es el tepiteño, ¿por qué sucede esa situación?

--Ellos revelan la identidad del chilango, y no lo queremos reconocer. Fuera del país nos ven con la idea del habitante de Tepito, el ser prepotente, creído por encima de los demás, escandaloso y tramposo. Esos rasgos todos los chilangos lo tenemos, sólo que ellos sí dan la cara de su comportamiento.


“Quién no conoce Tepito, no conoce México”

Una vinculación directa del barrio de Tepito con lo ocurrido el 2 de octubre de 1968, no hay tal, existen anécdotas de lugareños, al estar situado a unos pasos de Tlatelolco.
Hay historias de quienes albergaron a estudiantes en los cuartos de vecindades, ubicadas desde Rivero hasta dar con el entronque con Reforma, porque eran perseguidos por el ejército.
Alfredo Matus nació ese fatídico año. 40 años después salió a la luz la revista Dos filos, una publicación dedicada al arte realizado en el barrio de Tepito, a partir de 1970.
En ella, se expone el movimiento denominado: Tepito Arte acá, el cual no sólo tuvo impacto en el muralismo y pintura, sino también en la literatura, la crónica y el cuento.
Sus páginas lejos de narrar un mundo de hadas, y aún distante de la descripción del Apando, de José Revueltas, se muestra aun Tepito que se antoja para recorrer palmo a palmo sus viejas calles con las agonizantes pulcatas, donde asistía una población compuesta, en sus orígenes, de emigrantes de otros estados de la República Mexicana, para ir en busca de una mejor oferta de vida.
En esa búsqueda, sus primeros pobladores se toparon con una región que era usada como caballeriza, al igual que, Mixcalco y La Guerrero.


Alfredo Matus tiene cuatro años trabajando en la única galería de arte de la comunidad de Tepito, en ese lapso ha distinguido dónde le gusta adentrase: “El Maracaná, Caridad, la colonia Bartolomé de las Casas, Tenochtitlán y Aztecas. Para ir a comer es muy popular El Torito, por su venta de tostadas de pata. Mi vida ahora la paso la mayor parte del día en Tepito se ha vuelto parte de mí.”


¿Te gustaría vivir en Tepito?

No creo, es otra dinámica. La noche en Tepito cambia radical el panorama. Los vendedores ambulantes se van, quien es ajeno y anda de curioso debe conocer ciertos códigos y tener vinculación con la gente, todavía mis relaciones de amistad en esta realidad son vagabundas. No podría vivir aquí.

No hay comentarios: