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miércoles, 10 de diciembre de 2008

Despedidas indelebles de Perú



El fin de un camino es el inicio de otro. Desde el mes de septiembre artistas iberoamericanos enfocados a distintas disciplinas como son: la pintura, la danza, la literatura, el performance y las artes visuales, se encuentran en México, para intercambiar sus experiencias y mostrarlas al público mexicano en la I Muestra de Arte Iberoamericano.
Lucía Monge Portillo, originaria de Lima, Perú, es parte de esta comitiva artística, se dedica a las artes visuales y presentará a partir del día de mañana y hasta el 13 de diciembre la exposición “Pañuelos de despedida”, en la Galería Central del Centro Nacional de las Artes (CENART).
Su persona irradia tranquilidad. Las palabras: “Chévere” o “huevon”, fluyen como si compartiera el pan, siempre con amabilidad, con una sonrisa calida, con la cual ilustró sus palabras “No sé que tan buena artista soy, pero me divierto.”
“Realicé cinco talleres en Oaxaca. Cada participante recibía un pañuelo, para escribir y dibujar con plumones una despedida a las problemáticas familiares o algún ser querido”.
La tela al quedar impregnada con sentimientos de recriminaciones, deseos y añoranzas, se sumergía a un recipiente con agua para diluirse y borrarse lo trazado. Este proceso, es una forma de desprenderse de la presencia que nos afecta.
“Los recuerdos acompañan. Dejan una marca y eso, sucede con los pañuelos que son sumergidos y dejan manchas. Son un símbolo de desprendernos del pasado, escoger las experiencias, y rescatar momentos útiles para el futuro.”
Los restos de lo plasmado en la tela, para no esfumarse, se resguardan con plumones indelebles, y bordados con hilo de colores, y así, se crea una forma de rescatar lo desaparecido y dejar de ser un manchón.
La exposición a inaugurarse mañana jueves, se conforma de los pañuelos donados por la gente que asistió a los talleres, y junto a ellos, los tres pañuelos de despedida creados por la risueña artista de 25 años Lucía Monge.
Sus coloridas telas cuelgan de un hilo, y el espectador los podrá tocar, y apreciar como son rodeados por unas cajas negras que contienen la explicación: el proceso de realización. De interesarle al público, se indica cómo “llevar a su casa este rito dedicado a los procesos de la vida y la muerte”.



Lucía, preparaba los detalles de su exposición. Su semblante de emoción por estar a unos días de probar cebiche en su pueblo natal, además de un aire de cierta nostalgia por concluirse su estancia en México, y decidió relatar sus experiencias en nuestro país:

--¿En tu estancia de tres meses qué realidades encuentras en México?

--La diversidad. No es necesario alejarse de un lugar, para encontrar mundos de pobreza, pegados a la opulencia de otros. Eso es muy similar en Perú.

--¿Los pañuelos cómo decidiste utilizarlos como técnica en tus trabajos?

--Nunca había bordado en mi vida. He aprendido en mi estancia en Oaxaca, la señoras se dan tiempo para coser, y me enseñaron, ahora, lo hago como si dibujara con el hilo.


--¿Buscas la agitación como reacción en el espectador?

--Más que agitación es una forma de aligerar el viaje. Es expresar que cargamos con tantas cosas. Les brindo una herramienta a quien desea aligerar su vida. Cuando la gente lo ve, es imposible no adentrarse emocionalmente.

--El 15 de diciembre regresas a tu país, ¿qué experiencias te llevas?

--Me llevo la sensación de que tengo que volver. Me gustó la cultura popular, conocer los mercados, sus olores y convivir con las personas. Por supuesto, es gratificante estar con artistas de otros países, pero se aprende más de la gente como gente.


--¿El arte visual discute los problemas sociales a partir de sus vivencias?


--Algo curioso me sucedió. En las calles me miraban un montón y algunos hasta se acercaban a preguntarme: ¿niña, quién te golpeó? Paseaba con mi novio por las calles del centro de Oaxaca, él vino a visitarme de Perú, al estar de intercambio con otros artistas Iberoamericanos, al avanzar en nuestra caminata le recriminaban: “¿él es tu novio o esposo?”
--Tímidamente respondí, es mi novio
--¿Entonces ya tiene derechos sobre ti? ¡Mira como te ha dejado el pómulo izquierdo!, y tus labios, ¡son totalmente morados y con sangre seca!
En esos momentos que relató Lucia Monge, artista visual originaria de Lima, se sintió apenada, “ellos consideraban: si es tu marido está justificado el maltrato contra mi persona”.
“No supieron del origen de ese moretón debajo del ojo, me lo propicié en un accidente, al lastimarme con la estructura que sostenía una hamaca.”
“Involuntariamente viví una forma de violencia, sin ser violentada en mi piel. Sin embargo, para ellos así fue.”
Eso me dio vergüenza, pero me hace reflexionar, sobre la magnitud de violencia contra las mujeres, que se ha vuelto cotidiano en Latinoamérica y en México, donde son frecuentes las golpizas a las mujeres.

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