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viernes, 27 de febrero de 2009

Sólo la voz deja vivir, León Portilla


Miguel León Portilla planea publicar una investigación sobre los indígenas y su participación en los levantamientos armados en México.
El historiador mexicano, está entregado hace varias décadas al estudio de lenguas indígenas. A la cultura Prehispánica.

Su trabajo cobra fuerza al aproximarse el año 2010 por las conmemoraciones del Bicentenario, las Guerras de Independencia y la Revolución en México, en 1810 y 1910,respectivamente.

León Portilla destacó que los indígenas conformaban el mayor número de combatientes, al luchar contra los ejércitos de España para ser autónomos. Y un siglo después nuevamente lo hicieron contra el régimen porfirista en busca de autonomía.

“Yo me pregunto ¿para qué se hizo la Independencia y la Revolución, si benefició a unos cuantos. Y los que más participaron viven en la miseria?”. Se cuestionó enfáticamente Miguel León Portilla.

Y es que el creador de La visión de los vencidos, encara a los hechos, dicha autonomía no ha llegado. A doscientos años de formarse México como nación. Siguen siendo los más desprotegidos. Los relegados, los olvidados. Además de que están desapareciendo las lenguas indígenas.

Entre sus descubrimientos obtenidos de documentos, archivos, gacetas y ejemplares de prensa en México, detectó que los pueblos indígenas aportaron grandes contingentes de hombres. Uno de sus hallazgos, es una epístola muy especial.

“Descubrí una carta de Emiliano Zapata, la escribió dirigida al embajador de los Estaos Unidos en México de aquella época, Thomas Woodrow Wilson. En ella le dice: En México hemos padecido y luchado mucho, pero vea el estado de los pueblos indígenas, sus tierras no tienen título, les han privado de ellos, viven en la marginación más terrible.”

Con este trabajo León Portilla tiene la convicción de reivindicar la participación indígena en los movimientos armados de nuestra historia.

“Será un grito que pide justicia. Todavía lo estoy elaborando y lo quiero tener listo para finales de este año 2009. Es una historia dramática, bella y terrible. Existen casos de caudillos indígenas que se levantan en armas y llevan a su gente. Se entregaron a la Independencia y a la Revolución murieron miles de indígenas, y no es exageración”.

Su consternación de Miguel León Portilla fue visible no dejó de preguntarse ¿ Cómo es posible que los pueblos indígenas no les sirvió la Independencia, ni la Revolución a pesar de que ellos entregaron su vida.

Convencido dijo que es la hora de hacer valer los Acuerdos de San Andrés Larráinzar. Los cuales no han sido respetados, ni ratificados desde que se firmaron en 1996 en este poblado de Chiapas, después del levantamiento del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).

“La situación es crítica”, recalcó, “debido a que los indígenas no pueden aprovechar sus recursos territoriales, ni tiene la posibilidad de preservar sus lenguas, y éstas se enseñen a sus hijos en la escuela”.

Las anteriores declaraciones las dio a conocer el día de ayer después de recibir un homenaje por su trayectoria como investigador, escritor, luchador de la cultura, y por combatir la indiferencia hacia los pueblos indígenas en México.

Hora feliz

Fue jueves, existen tantos en los calendarios, pero aulas llamadas Fray Alonso de la Veracruz, sólo una, y ahí se realizó una ceremonia doble, el homenaje a León Portilla, y la entrega del Premio Continental Canto de América, al poeta indígena Juan Hernández Ramírez.

Dicho galardón se otorga desde 1998 a escritores de lenguas indígenas, es auspiciado por el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA) y ha sido la primera vez en entregarse en las instalaciones de la Facultad que lleva como símbolo la imagen de la diosa griega Atenea.

Como anfitrión estuvo Ambrosio Velasco Gómez, director de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, quien el próximo lunes concluye su segundo periodo como titular de la institución.

Dijo ser su último acto público en funciones:
“Me enorgullece que en esta ocasión se escogiera a la Facultad de Filosofía y Letras para otorgarse el galardón más importante para la escritura indígena.”
En este sentido Ambrosio Velasco Gómez de 55 años también reconoció que los pueblos indígenas son sujetos de desconocimiento.

“Al no saberse ninguna de las 90 lenguas maternas que todavía existen de nuestras raíces mesoamericanas, es una forma de discriminación”.

Hay que recordar que la UNAM es la única institución que decidió estudiar la diversidad de los pueblos indígenas, hace 50 años bajo la tutela de Miguel León Portilla.

“México Nación Multicultural es una cátedra que es reciente su creación en la UNAM, los antecedentes son las investigaciones de León Portilla. Muchos estudiantes se han sumado y puede conformarse en una licenciatura, sería una forma de pagar la deuda que tiene la Máxima Casa de Estudios del país, con los pueblos indígenas.” Anunció Ambrosio Velasco.

En todo momento de la doble ceremonia que duró más de una hora y medía León Portilla se veía sereno, y al momento de hablar lo hizo con la sabiduría y simpatía, elementos que le distinguen:

“Demos sabiduría a los rostros de la gente. Dejemos de tener un kilo y cuarto de cerebro. Al saber una lengua adquirimos un tesoro”.
Habló con claridad León Portilla, su mensaje se centró en que cuando muere una lengua se pierde la cadena humana.

Muchas están en agonía. En sus sierras, valles e istmos. Otras tantas ya han padecido decesos, refiriéndose a las lenguas, han ocurrido en Baja California Norte, Tamaulipas y Durango. Y dio el por qué.

“Al desaparecer una lengua indígena, se debe a la inexistencia de sujetos que las conocen, hay casos en la actualidad, que sólo 30 personas son hablantes de alguna de las 90 variedades y estos ya son ancianos y es difícil logren transmitirlo a otras generaciones. Entonces muchas pueden morir, y de suceder, la humanidad se empobrece”. Resaltó Miguel León Portilla, quien además exhortó sarcásticamente el apropiarse una lengua nativa de México:

“Si dominamos las dos lenguas, la mesoamericana y la mediterránea, ya no tendremos sólo un kilo y cuarto de cerebro, serán dos kilos y medio.”

En cambio, con los ojos desorbitados como olla de duende, debido a la emoción Luis Hernandez, poeta originario del estado de Tlaxcala, y galardonado con el Premio Continental Canto de América dijo con una voz encerrada, emitida con un tono apunto de detonar en llanto logró articular unas palabras, después no pudo hablar más, sus ojos se llenaron de lagrimas.

“Nunca imaginé recibir un premio y menos en la UNAM. Ahora me siento como una roca incendiada que pide salir del abandono en nombre de quienes somos indígenas, hombres y mujeres. Desde niño viví la marginación. No nos ignoren…”.

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